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" Los cruceros por el Mediterráneo son una buena opción para iniciarse en una manera diferente de disfrutar en nuestro tiempo libre. "

Los cruceros por el Mediterráneo suelen ser una buena opción a elegir en periodos vacacionales cortos, como la Semana Santa, o en invierno. Son cruceros que suelen durar unos ocho días más o menos, todo dependiendo de la compañía con la que viajemos y a ruta que nos propongan. También suelen ser la opción más económica.

Algunos de los cruceros por el Mediterráneo incluyen en su recorrido las Islas Griegas, nosotros le dedicaremos un apartado diferente, ya que suele ser más habitual que las compañías lo traten como un trayecto específico.

El nombre de Funchal, proviene de la palabra funcho que quiere decir: hinojo, que era lo que crecía más en la isla y le proporcionaba ese olor característico que tiene.
La mayor parte de las rutas que se realizan por el Mediterráneo tienen su punto de salida en Barcelona o en Málaga. La primera escala de nuestro viaje suele estar en la Isla de Madeira, en concreto en el puerto de Funchal. Este puerto tiene mucha historia, ya que en el siglo XVI
se convirtió en las escala obligada en el recorrido de las colonias de los países europeos. Además, allí embarcaban el vino y azúcar que se producía en la isla. Todo ello hizo que fuera una ciudad próspera.

Madeira pertenece a Portugal y aunque se encuentra en el Océano Atlántico al norte de las Islas Canarias, es muy común encontrarnos estas escalas incluidas en el circuito.

En Madeira encontraremos una isla con clima tropical que nos sorprenderá nada más llegar con sus playas y sus bosques de laurisilva. Entre la inmensa vegetación tropical, encontraremos multitud de pequeñas casas que se ocultan tras ella, impresionantes acantilados, cumbres de origen volcánico que se recortan en el horizonte, no en vano fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Madeira se compone de varías islas: Madeira, Portosanto y las Desertas, este último es un pequeño archipiélago en el que se pueden ver focas monje y muchas aves marinas. Lo más habitual es atracar en la isla de Madeira, también llamada la Isla Púrpura, y disfrutar de la estancia allí en sus playas, y visitando las pequeñas tabernas en las que podremos degustar el plato típico de la isla: las espetadas.

En Junio del 2007, el Parque Nacional del Teide fue nombrado Patrimonio de la Humanidad.
Tras la escala en el Funchal, navegaremos rumbo a las Islas Canarias. Podremos visitar el Parque Nacional del Teide, en la Isla de Tenerife, el paraje no tiene parangón, en este parque contemplaremos flora que sólo existe en esta isla y se encuentra en proceso de recuperación para evitar su extinción, así mismo, las coladas de diversas erupciones hacen de esta zona de la isla un escenario diferente y muy peculiar.

El clima primaveral que siempre reina en la isla la hacen muy agradable de visitar, y siempre podemos disfrutar de sus playas y puestas de sol. Tenerife está plagada de microclimas, con lo que nos podemos encontrar con valles de clima subtropical y en contraposición espectaculares acantilados, bosques de pinos y de laurisilvas, y las famosas brumas de las medianías, que si las contemplamos desde un punto alto darán forma a los conocidos “mares de nubes”.

De allí pasaremos a visitar el entorno volcánico de Lanzarote, haciendo escala en Arrecife.

Arrecife tiene una gran historia como puerto comercial desde el siglo XV. En un principio la isla estaba asolada por los piratas y por barcos negreros que comerciaban con esclavos, pero a medida que la ciudad fue prosperando comenzó a ser una parada importante en el comercio pesquero, ya que gracias a la sal que se obtiene de sus minas era posible salar el pescado de camino a su destino. La vida de las isla giraba desde muy antiguo en torno a este puerto. En general es una isla muy tranquila para pasar unos días, si nos gusta el deporte tiene muchas instalaciones deportivas a disposición de los visitantes.

Nuestra siguiente parada en el viaje se encontrará en Agadir, uno de los puertos más comunes de parada en busca del Mediterráneo. En este puerto de Marruecos podremos disfrutar de sus típicos bazares, y ver desde allí el desierto de Marrakech.

Agadir es una ciudad muy pequeña que resurge de una tragedia un terremoto en 1961 que destruyó por completo la ciudad y se reconstruyó a dos kilómetros del epicentro. Está compuesta de casa muy bajas, y los hoteles han sido sustituidos por pequeños edificios bajos, lo que hace de ella una ciudad muy minimalista diferente a cualquier otra. La ciudad sobrevive gracias al turismo y es una de las que más lo necesita.

Otra de alternativas de escala en Marruecos es Casablanca, una ciudad que tiene un ritmo más europeo, en alza y plagada de edificios de estilo art decó que contrastan con los adelantos de los que dispone la ciudad. La plaza Mohammed V une la parte antigua de la ciudad con la nueva, desde allí podremos divisar la peculiar arquitectura de Casablanca. Durante el día podremos visitar multitud de mercados en la parte de la Medina Nueva.

Tras esta breve parada cruzaremos el mar de Alborán para desembocar en nuestras primeras escalas en el Mediterráneo.

Algunos circuitos incluyen la visita a Córcega y Cerdeña. Córcega pertenece a Francia, es una isla boscosa y montañosa con grandes acantilados al sur de la misma, es una isla llena de vegetación que se conoce también como la “isla de la belleza”, los griegos ya la bautizaron como Kallisté: la más bonita, y dispone de hermosas playas blancas y buenas zonas de montaña para aquellos que gusten de disfrutarla.

Cerdeña comparte con la anterior los magníficos paisajes, la isla pertenece a Italia, y el puerto en el que atraquemos será probablemente De Alghero, que se encuentra en la parte noroeste de la isla. Cerdeña cuenta con asentamientos de la época de Bronce, con lo que la huella cultural de la isla es muy amplia, fue lugar de comercio de fenicios y cartagineses y fue colonizada por ellos. Por la isla han pasado romanos, árabes, bizantinos...ha sido cuna de muchas culturas y uno de sus atractivos turísticos, a parte de las playas, han sido sus yacimientos arqueológicos.

Estas paradas no siempre van incluidas en todos los cruceros, pero merecía la pena mencionarlas.

Una vez que nos encontramos navegando por aguas del Mediterráneo, estas nos llevaran a Italia, dónde se realiza el núcleo del viaje visitando toda la zona de la Toscana. Esta parte es sin duda la más bonita y romántica, una zona muy conocida por sus villas en las cuales se cultivan viñedos de los que nacen distintos tipos de vino conocidos a nivel mundial. Es la cuna del arte, muchos artistas de todas las épocas nacieron o se inspiraron en estas tierras, y es algo que comprobamos a cada paso de nuestro viaje.

La primera parada es en Pisa, la zona más conocida es en la que se encuentran la famosa Torre de Pisa, el Baptisterio y el Duomo, todo ello esta en el mismo emplazamiento. La Torre de Pisa es en realidad el campanario de la catedral o Duomo, aunque por su inclinación ha cobrado su protagonismo propio y es el símbolo de la ciudad. Fue la ciudad de nacimiento de Galileo, y un importante puerto de comercio, la ciudad en si no tiene muchos más monumentos que visitar aparte de los ya mencionados, pero si merece la pena visitarla para disfrutar de la tranquilidad de la misma. Las escalas en esta ciudad suelen ser bastante cortas.

Muchas compañías nos desplazaran hasta el interior de la Toscana para visitar su capital: Florencia, o como los italianos la llaman: Firenze. La ciudad en si no es grande en exceso, pero tiene muchísimos lugares que visitar: la Galería de los Uffizi, con obras de Rafael, da Vinci, Miguel Ángel...ya sólo la visita a este museo nos llevaría una mañana entera, la Galeria de la Academia con el original del David del Miguel Ángel así como muchas de sus obras inacabadas, el Duomo, la Plaza della Signoria donde se encuentra la fuente de Neptuno y una de las reproducciones del David,el Palacio Pitti, el Ponte Vecchio, donde se encuentra el mercado de la ciudad a lo largo de su trayecto sobre el río, el Palacio Vecchio con sus inmensos jardines, los sepulcros de la familia Médicis también tallados por Miguel Ángel, y el mercado callejero de San Lorenzo que se organiza todos los días y en el cual es posible encontrar cualquier cosa. Pero para tener una panorámica sin igual tenemos que andar un poco hacia el mirador de la ciudad, la plaza de Miguel Ángel, donde encontraremos otra réplica de la famosa escultura y una increíble vista de la ciudad.

De vuelta a nuestro crucero navegaremos por las costas de Livorno, es un antiguo pueblo de pescadores que hoy es un puerto libre. Hoy en día la base de su economía es la refinería de petróleo, la ciudad cuenta con una amplia huella renacentista ya que el mayor crecimiento de la ciudad se dio cuando los Médici la tenían bajo su apadrinamiento. En la costa podremos divisar el Castiglioncello, una de las edificaciones más importantes de la ciudad.

La parada en Livorno nos llevará a otras partes de la Toscana, en la que de nuevo tendremos que adentrarnos en el interior, rumbo, esta vez a Siena...

Siena es una ciudad que no ha variado mucho su aspecto desde el siglo XIII, incluso mantiene muchos de los edificios de la época, es una ciudad que conserva el gusto de otra época, antaño rivalizaba con la hermosa Florencia, pero la peste de 1348 la mermó e hizo que perdiera un esplendor que luego no recuperaría, sin embargo el encanto no se perdió....tiene muchos lugares que visitar, la plaza del Campo con el Ayuntamiento y el campanario es uno de los lugares más habituales de reunión de los turistas. La catedral del siglo XII, realizada por Pisano y en cuyo interior encontraremos obras de distintos escultores del siglo XV como Ghiberti, Donatello, entre otros, es uno de los lugares de obligada visita. Y el Palacio Picolomini, una de las muestras del Renacimiento de la ciudad de Siena.

Saliendo de la región de Toscana, nos dirigiremos en dirección a la ciudad de Roma. Una ciudad moderna que contrasta la antigüedad de sus orígenes con la actualidad. Así no es de extrañar encontrarnos en medio de la Roma Antigua al visitar el Foro Romano, y pasar de allí al bullicio del centro de la ciudad. Al Norte del Foro Romano tendremos el Foro de Trajano, otro de los puntos turísticos de la ciudad. Nombrar aquí todos los puntos de interés de la ciudad sería imposible...el Coliseo, el Castillo de Sant Angelo, La Bocca della Veritá, la Fontana de Trevi, y la ciudad del Vaticano con la basílica...y eso son mencionar los museos que pueblan la ciudad. La ciudad de Roma es enorme, y a menos que contemos con varios días de estancia allí incluidos en nuestro viaje, lo mejor es dejarnos guiar en la visita u organizarnos un itinerario con las cosas que más nos interesa visitar.

Volviendo al mar nuestra próxima visita será Nápoles. El centro histórico de la ciudad fue nombrado Patrimonio de la Humanidad. Situada a los pies del Vesubio es una de las ciudades más antiguas de Italia, tiene un amplio patrimonio artístico y arquitectónico que la hacen una de las ciudades más visitadas e interesantes. En ella se entrelazan las leyendas que salpican a lugares como el Castillo del Huevo, emplazado en el islote de Megaride, en el cual se dice que la estructura que lo sostiene descansa sobre un huevo que de romperse desmoronaría el castillo, de ahí su nombre. El Castel Capuano, el castillo de Maschio Angionio, el castel Sant'Elmo y numerosos palacios como el de Capodimonte y el castillo Real de Nápoles dibujan la silueta de la ciudad.

Si divisamos la ciudad desde un punto alto, aún veremos la gran cantidad de cúpulas y cruces que coronan sus diversas iglesias, por ello recibió el nombre de la ciudad de las 500 cúpulas, aunque muchas de ellas se han perdido debido a terremotos e incendios.

La Catedral de Nápoles es todo un compendio de arquitectura, es la que se aunan diversos estilos artísticos.

Muchos son los museos y lugares importantes para visitar, ya sólo pasear por sus calles y plazas constituye una labor cultural. Pero sin duda uno de los lugares más peculiares es la entrada que veremos en la Plaza San Gaetano y que nos adentra en el Nápoles Subterráneo, tal y como indica su frontón, y es que nos abre paso a una serie de galerías y catacumbas que sirvieron de refugio a los cristianos perseguidos en la época romana. De hecho es una ciudad subterránea en la que cada calle del exterior tenía su réplica en el subsuelo. Otra manera de entrar a esta zona es a través de la Via Santa Ana di Palazzo.

Este será uno de los últimos puertos italianos que visitaremos antes de poner rumbo de vuelta. Es aquí donde muchas compañías enlazan sus rutas con las islas griegas, pero, preferimos mencionar esta ruta en un apartado diferente.

Una de las alternativas a visitar en el regreso es la isla de Malta, su capital es la ciudad de Valletta aunque si podemos, merece la pena hacernos con un mapa y visitar las ciudades pesqueras de alrededor, por ejemplo Senglea, que es conocida como la pequeña Venecia, llenas de casas pegadas al mar. También podemos cruzar a la ciudad de Vittoriosa, también conocida como Birgu, para llegar hasta ella podemos callejear con el coche o coger un luzzu, una barca que nos lleva hasta el otro lado y cuyo precio se negocia con el barquero. Esta es una de las ciudades más antiguas de la isla, cuenta con innumerables atractivos turísticos como el fuerte de St. Angelo o la iglesia de St. Lawrence. En Tarxien, ciudad que se encuentra en el interior de la isla, encontraremos templos que datan del neolítico y el templo megalítico de Hal Saflieni Hypogeum que se encuentra bajo tierra. De vuelta a a la costa en Zurrieq, encontraremos una de las estampas típicas de la ciudad: The blue grotto, y es que Malta es muy conocida por sus bellísimas cuevas submarinas. En Malta se puede disfrutar también de las playas y de las lagunas de azul caribeño que se encuentran en la isla de Gozo.

Otra de las paradas que se suelen hacer en el recorrido de vuelta del crucero, es una escala en la ciudad de Túnez.

En Túnez nos encontraremos con innumerables centros dedicados a la talasoterapia, lo que le hace uno de los países más dorados en esta especialidad.
La ciudad de Túnez fue la cuna de la antigua ciudad de Cartago, es una de las ciudades más interesantes de visitar a nivel cultural, su gente compone una nación bastante liberal. Allí podremos ver el desierto del Sahara, ya que el 40% del territorio ocupa el desierto. Es un lugar en el que podemos practicar todo tipo de deportes: submarinismo, buceo, tenis....o internarnos en los paisajes de palmeras, dunas y manantiales que nos ofrece el desierto. Túnez es una ciudad compuesta por multitud de influencias y culturas que han dejado su huella en esta zona del norte de Africa. El idioma que se habla en la ciudad es principalmente árabe y francés. en 1997, la ciudad fue elegida por la UNESCO como capital cultural regional, por su contribución en la civilización universal y por la riqueza de su patrimonio. Allí tenemos muchas ofertas culturales para disfrutar de esta cultura y su completa historia.

Desde Túnez el regreso al puerto del cual partimos unos días se hace inneludible, después de las interesantes escalas que hemos realizado durante nuestro viaje sólo queda reponernos y descansar en nuestro barco aprovechando las comodidades que allí se nos ofrecen.

Esta es una de las mejores opciones si nos queremos estrenar en los viajes en crucero.
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